La importancia de sentir las emociones: claves para reconocer su impacto en tu bienestar
Nuestras emociones forman parte de lo que nos hace humanos. Así experimentamos el mundo que nos rodea y conectamos con los demás. Sin embargo, en la sociedad actual, a menudo nos sentimos presionados a reprimir nuestras emociones. Puede que nos digan que no debemos llorar, que no debemos molestarnos o que no debemos estar tristes. Pero reprimir nuestras emociones tiene consecuencias negativas para nuestra salud mental y física.
Un estudio realizado en el King's College Hospital de Londres en el 2000 descubrió que las mujeres con tumores mamarios cancerosos mostraban característicamente una "represión extrema de la ira y otros sentimientos". Esto sugiere que reprimir las emociones puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.
Otros estudios han demostrado que reprimir las emociones también puede provocar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Como a su vez puede hacernos más vulnerables a problemas de salud física como enfermedades cardiacas, hipertensión y úlceras.
¿Por qué es tan importante sentir nuestras emociones?
Cuando nos permitimos sentir nuestras emociones, nos estamos dando la oportunidad de procesarlas de forma saludable. Podemos aprender de nuestras emociones y utilizarlas para crecer como personas.
¿Cómo se sienten las emociones de manera saludable?
Permítete sentir lo que sientes, sin juzgarlo.
Nombra tu emoción. Esto te ayuda a identificar lo que sientes, por qué y ver qué información tiene para ti.
Expresa tu emoción de forma saludable. Puede ser hablando con un amigo, escribiendo un diario o haciendo ejercicio.
Cuídate. Asegúrate de dormir lo suficiente, comer alimentos sanos y hacer ejercicio con regularidad.
¿Cómo reprimimos nuestras emociones?
Reprimimos nuestras emociones de muchas maneras.
Puede que nos hayan dicho de pequeños frases como:
“No pasó nada”
“Por eso no se llora”
“No te puedes poner así por eso”
“En vez de llorar, deberías estar agradecida”
“Las niñas lindas no lloran”
“Los niños fuertes no lloran”
“Cálmate”
“No tengas miedo, no te va a pasar nada”
“Eres una dramática”
Pero reprimir nuestras emociones tiene consecuencias negativas para nuestra salud mental y física.
Podemos negar que sentimos algo, podemos intentar reprimir nuestras emociones o podemos expresarlas de formas poco saludables, como la ira o la agresividad.
Una de las formas más comunes de reprimir nuestras emociones es pretender no sentirte como te sientes. Podemos hacerlo por el miedo de cómo reaccionarán los demás si expresamos nuestras emociones, o porque pensamos que no deberíamos sentirnos de esa manera.
Pero reprimir nuestras emociones nos impide afrontarlas de forma saludable.
Si desde que nuestros hijos son pequeños permitimos que sientan sus emociones de forma saludable y les enseñamos a identificarlas y comprender para qué existen, podrán crecer con mayor inteligencia emocional algo que les permitirá desarrollar relaciones mucho más saludables tanto consigo mismos como con el mundo que los rodea.
Usar tarjetas de emociones es una herramienta sumamente útil para enseñar a los niños a identificar sus emociones y por qué cada una de ellas es importante. Las tarjetas pueden ayudar a los niños a aprender a nombrar las distintas emociones, así como las expresiones faciales y cómo el cuerpo reacciona ante dicha emoción, lo que potencia la inteligencia emocional.
Las tarjetas de emociones pueden utilizarse de muchas maneras con los niños. Pueden utilizarse como parte de un juego, para iniciar una conversación sobre las emociones o para ayudar a los niños a nombrar emociones difíciles.
Si está buscando una forma de ayudar a su hijo a aprender sobre las emociones, las tarjetas de emociones son un gran recurso para expandir en el mundo emocional y potenciar el uso de las tarjetas.
La inteligencia emocional se desarrolla desde la infancia y tener herramientas en casa te puede hacer la vida mucho más fácil. Son el acompañamiento perfecto para el crecimiento emocional en familia.